La reciente partida del papa Francisco, guía e inspirador cuya vida y enseñanzas marcaron profundamente a Trabajo y Persona, nos recuerda la importancia de dignificar el trabajo y atender a los más vulnerables. Su llamado resuena en nuestra labor: «El trabajo es una necesidad, forma parte del sentido de la vida en esta tierra, es un camino de maduración, de desarrollo humano y de realización personal. Por eso, hay que ayudar a los pobres a través del trabajo para que puedan tener una vida digna». (Laudato si’, 128).

Fieles a este espíritu, en abril continuamos impulsando iniciativas. En Maturín, celebramos el inicio de la séptima cohorte de Gastronomía 360, que brinda a las mujeres la oportunidad de construir un futuro digno a través del desarrollo de su talento culinario.

Paralelamente, en Valencia lideramos un encuentro exitoso de la Red de Nueva Longevidad, junto con Cáritas de esa ciudad, otras organizaciones y muchos patrocinadores. En este evento, líderes y expertos reflexionaron sobre el envejecimiento activo en Venezuela, destacando la capacidad continua de las personas mayores para contribuir a la sociedad.

Desde el impulso del futuro de las mujeres hasta la valoración de la experiencia de las personas mayores, estas acciones reflejan el compromiso de Trabajo y Persona por construir una Venezuela con oportunidades y dignidad para todos. Como nos recuerda el papa Francisco, en un mundo laboral en constante cambio, «es necesario invertir en formación continua para que los trabajadores puedan adaptarse a las nuevas exigencias y no queden excluidos. Una formación de calidad no solo es una herramienta para encontrar empleo, sino también un medio para el desarrollo integral de la persona». En Trabajo y Persona educamos protagonistas del bien común con esta visión, ofreciendo herramientas de formación que no solo abren puertas al empleo digno, sino que también empoderan a las personas para un futuro de crecimiento y contribución al bien.