¿Vivimos para el trabajo o trabajamos para vivir? El trabajo que realizamos cotidianamente, ¿Qué tiene que ver con lo que está pasando en nuestro planeta? Estas preguntas son fundamentales frente a los grandes desafíos y problemáticas globales.

Para comenzar a responder esas interrogantes no podemos evitar profundizar sobre el significado del trabajo en si mismo. Definiciones que solo incluyan aspectos como el deber, el derecho, la contraprestación, las reivindicaciones, el éxito o el poder, son insuficientes para explicar la satisfacción que sentimos simplemente con el hecho de poder trabajar. Don Luigi Giussani dice que el trabajo es una necesidad del ser humano, y se coloca al mismo nivel de las exigencias básicas de belleza, verdad y justicia que todas las personas tienen en su corazón.

En un mundo que muchas veces reduce el trabajo a simplemente alcanzar unos resultados, es importante no perder la perspectiva que no son el único parámetro. Es fundamental establecerse metas y trabajar duro por alanzarlas, pero el trabajo no adquiere valor solo al final de un proceso, sino durante todo el tiempo. Esta consideración incluye toda la labor de nuestros antepasados, constituyendo la clave del desarrollo y progreso de la humanidad, junto al valor del trabajo en el instante presente.

Adicionalmente, existe un aspecto fundamental del trabajo más allá de las posibilidades de transformación de la materia para elaborar un producto u ofrecer un servicio; se trata del cambio que produce el trabajo en nosotros mismos mientras lo ejecutamos. Este aspecto subjetivo es fundamental, porque incorpora en la ecuación un cambio que no es tan cuantificable pero que cambia el modo con el cual nos relacionamos con todo.

En ese sentido, tenemos el privilegio de ser testigos del cambio de personas gracias al trabajo cotidiano. Este boletín, así como en los que publicamos cada mes están llenos de historias que lo ponen en evidencia. Y además, cada historia introduce un factor adicional; porque si bien es cierto que se trata de un proceso de toma de conciencia personal, nunca se logra solo. Siempre es necesaria la pertenencia a una comunidad ¡Los invitamos a descubrirlo!

Alejandro Marius