“Pintar el personaje campesino en acción: esto es, repito, lo esencialmente moderno … El personaje del campesino y del obrero comenzó a pintarse como un «género»; pero hoy, con Millet como su eterno maestro, está en el corazón mismo del arte moderno… y seguirá estándolo.” (V. Van Gogh, Carta a su hermano Theo, julio de 1885).

François Millet dedicó gran parte de su vida a “pintar el trabajo”, especialmente el de la vida en el campo. Sus obras de arte, con gran dramatismo y belleza, expresan la fatiga de la faena de los campesinos y de las madres. Tan es así que muchos artistas, como Van Gogh, lo consideraron un maestro y se inspiraron en sus expresiones artísticas añadiendo su estilo personal.

Hoy en día buscamos en expresiones como la música, la pintura o la fotografía, temáticas que nos ayuden a “distraernos”, “relajarnos” o “desconectarnos” de las exhaustas jornadas de trabajo que vivimos muchas veces, sin preguntarnos el sentido que tienen. Sin embargo, pensemos en la belleza que surge de vivir el trabajo como una relación armónica entre la persona y la realidad.

No hace falta remontarnos a tiempos lejanos y otras latitudes, para apreciar y valorar los cantos de faena venezolanos, que surgen poéticamente de la relación entre los que trabajan, como las piloneras o las lavanderas en el río, el ordeño o el arreo del ganado, las fiestas de las cosechas del cacao o el café, o incluso los cánticos de venta de alimentos en los terminales de pasajeros o en la venta de mercado. Hay una conciencia popular del valor del trabajo que se resiste a desaparecer y que aún se expresa culturalmente en nuestra historia reciente.

Por eso, Trabajo y Persona busca rescatar y promover esas expresiones culturales. No solo a través del programa “Música y Trabajo”, sino ahora también con la fotografía, para capturar esa interacción armónica entre el ser humano y la realidad. Es por eso que, en ocasión del 1ro de mayo día internacional del trabajo, inició el concurso “Fotografía y Trabajo” con la temática “del origen a los sabores”, teniendo como objetivo documentar historias e imágenes asociadas al trabajo de todo el proceso de los alimentos, desde su siembra y cosecha, caza o pesca, pasando por su transformación, hasta llegar al plato de cada venezolano. 

Aunque en otro tipo de fotografía, no deja de ser válido como criterio lo que expresó en su momento Robert Capa: “No hace falta recurrir a trucos para hacer fotos. No tienes que hacer posar a nadie ante la cámara. Las fotos están ahí, esperando que las hagas. La verdad es la mejor fotografía”.