Editorial

“Cada generación se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin embargo, que no podrá hacerlo. Pero su tarea es quizás mayor. Consiste en impedir que el mundo se deshaga. Heredera de una historia corrompida —en la que se mezclan las revoluciones fracasadas, las técnicas enloquecidas, los dioses muertos, y las ideologías extenuadas; en la que poderes mediocres, que pueden hoy destruirlo todo, no saben convencer; en la que la inteligencia se humilla hasta ponerse al servicio del odio y de la opresión—, esa generación ha debido, en sí misma y a su alrededor, restaurar, partiendo de amargas inquietudes, un poco de lo que constituye la dignidad de vivir y de morir. Ante un mundo amenazado de desintegración, en el que nuestros grandes inquisidores arriesgan establecer para siempre el imperio de la muerte, sabe que debería, en una especie de carrera loca contra el tiempo, restaurar entre las naciones una paz que no sea la de servidumbre, reconciliar de nuevo el trabajo y la cultura, y reconstruir con todos los hombres una nueva Arca de la alianza.” Albert Camus

Estas palabras, pronunciadas por el gran y controversial escritor francés Albert Camus al recibir el premio Nobel de literatura en 1957, estaban enmarcadas en una Europa de la posguerra llena de conflictos y desafíos. Era la misma década en la que Adenauer, Schuman, De Gasperi y otros grandes hombres estaban gestando lo que sería la Unión Europea.

“Reconciliar de nuevo el trabajo y la cultura, y reconstruir con todos los hombres una nueva Arca de la alianza” no era tarea fácil, pero existía un punto de partida importante: Europa, que más que un continente geográficamente delimitado está definida por su cultura. No es casualidad que Adenauer, Schuman y De Gasperi comenzaran en su quehacer político a partir del humanismo cristiano. Y es que sin una identidad clara es muy difícil definir un norte y construir en diálogo con quienes tienen ideales y confesiones diversas.

Nuestro compromiso por el desarrollo de Venezuela y por generar oportunidades es lo que nos mueve a realizar todos nuestros programas sociales, en los cuales trabajar con aliados es parte de nuestro ADN. Un ejemplo de esto, es el proyecto cofinanciado por la Unión Europea en el cual compartimos responsabilidades con las Cámaras de Comercio Italiana y Francesa en Venezuela, en el marco de Fedeuropa.

“Venezuela Tierra de Cacao” es la ocasión para descubrir todo lo que podemos hacer cuando tenemos un objetivo común. Porque transformar el cacao en chocolate de manera sostenible, en diversas comunidades vulnerables de todo el país, es la oportunidad de resaltar el valor del trabajo como posibilidad de transformar una materia prima de nuestra tradición, en un producto final competitivo y de calidad. 

Así como la bella y frágil flor del cacao, este proyecto es una pequeña muestra de que solo trabajando juntos podemos crear oportunidades para todos y desarrollar emprendimientos exitosos que nos permitan pasar de ser una tierra de cacao, a una tierra de chocolate.

Alejandro Marius
Inició la etapa de formación del Proyecto Venezuela Tierra de Cacao

El pasado 30 de julio comenzó, en la sede de la Fundación Bigott, la formación de la primera cohorte de Emprendedoras del Chocolate en el marco del Proyecto Venezuela Tierra de Cacao.
La formación consta de 102 horas de clases con base en la Metodología Emprender360 de Trabajo y Persona. 17 mujeres de la populosa parroquia de Petare conforman este curso, quienes recibirán formación en el oficio de la chocolatería así como desarrollo humano, emprendimiento y posteriormente participarán en actividades de acompañamiento.
En el acto inaugural estuvieron presentes la Excelentísima Embajadora de la Unión Europea en Venezuela, Sra. Isabel Brilhante Pedrosa; el Excelentísimo Embajador de Italia, Sr. Silvio Mignano; el Excelentísimo Embajador de Francia, Sr. Romain Nadal; y representantes de: Fedeuropa, las Cámaras de Comercio de Italia, Francia y Gran Bretaña, la Fundación Bigott y marcas aliadas del proyecto como Chocolates El Rey y Franceschi, así como del equipo de nuestra Asociación Civil Trabajo y Persona.

IV Formación de Formadores en el marco de Belleza Por Un Futuro

Del 9 al 13 de julio, se realizó la IV edición de Formación de Formadores en el marco del programa Belleza Por Un Futuro – Emprendedoras de la Belleza, que resultó en una enriquecedora experiencia para todas las participantes, gracias al trabajo conjunto entre  L’Oreal Venezuela y Trabajo y Persona. Estas jornadas permiten la actualización en diversas técnicas para instructores de centros de capacitación laboral, incidiendo de esta forma en otros estados del país, pues regresan con nuevos conocimientos que ponen al servicio de otras personas en sus respectivas comunidades. 

Formación de formadores: Emprendedoras del Chocolate

En la Cámara de Comercio e Industria Venezolano-Alemana (CAVENAL) el pasado 26 de julio, se realizó un curso para preparar a los profesores que impartirán clases en el programa Emprendedoras del Chocolate con base en la Metodología Emprender360 de Trabajo y Persona. Se contó con la participación de profesores universitarios, expertos en varias áreas y egresadas del programa Emprendedoras del Chocolate con emprendimientos establecidos quienes participarán compartiendo sus experiencias con las próximas cohortes a ser formadas en el marco del proyecto Venezuela Tierra de Cacao. 

Acompañando a protagonistas: Chocolates Kirikire

En 2014, Nancy Silva participó, gracias a Trabajo y Persona, en el que sería el primero de muchos cursos sobre chocolate. En ese tiempo pasó de estar desempleada a desarrollarse en su nueva pasión. Desde aquel curso en San Antonio de Los Altos al día de hoy son muchos los éxitos que ha cosechado en esta área. Hoy día es profesora en un Diplomado sobre el área, impartido en la Universidad Central de Venezuela  y maestra de nuevas generaciones del programa Emprendedoras del Chocolate.
Además, junto a su socia creó Chocolates Kirikire, emprendimiento con el cual ha desarrollado una línea de tabletas de chocolate que se encuentran a la venta en diferentes puntos de la Capital. Esta iniciativa la hizo merecedora del reconocimiento de Emprendedor del año de Fedecámaras y la llevó a participar en el salón del chocolate en París. Actualmente, Chocolate Kirikire cuenta con su propio laboratorio, que Trabajo y Persona visitó donde además de chocolate, se respiran las ganas de trabajar y de construir un mejor país.

El pasado 20 de julio se graduó la primera cohorte del Diplomado en Ciencia y Tecnología del Chocolate en la Universidad Central de Venezuela. El grupo estuvo conformado por 45 graduandos, entre los cuales se encuentran Marlene Briceño, Verónica Prieto, Trina Reyes, Pina Fernández, Emma Torrealba, Nohelia Oropeza y Marifé Mata, quienes son egresadas del Programa Emprendedoras del Chocolate. De igual forma, Nancy Silva, también egresada de ese programa de la Asociación Civil Trabajo y Persona, forma parte de la plantilla de profesores de este diplomado.
En el mes de agosto, María Antonieta Arnal realizó pasantías en Mantuano Chocolate. Mientras que las egresadas, Isaura Guerrero y Maribel Reyes participaron de la misma actividad en Chocolates Kirikire.