Estamos entrando al tercer movimiento de una sinfonía que comenzó con la editorial del mes de junio, y siguió en julio, pero no pudiera garantizar que termine en el cuarto y, en principio, último movimiento el mes próximo porque, como sucede con las experiencias excepcionales, parece que el director tiene aires de infinito.

Ha sido una gran desproporción entregar el humilde, pero muy significativo, aporte de parte de nuestras emprendedoras de la belleza en el Palacio Albornoz, sede de la Alcaldía de Cesena, para el apoyo a los estilistas que aún no se recuperan de las inundaciones del mes de mayo en esa región del noreste de Italia. Es imposible describir la cara de conmoción que tenía el Dr. Luca Ferrini, Director de Desarrollo Económico, junto a las representantes del Confartigianato y nuestros amigos de la Asociación Orizzonti, cuando contaba todos los detalles involucrados en las diferentes actividades que se organizaron en Maracay.

Este gesto no podría tener un mejor telón de fondo que el “Meeting para la amistad entre los pueblos”, mejor conocido como Meeting de Rimini. Porque lo que se evidencia en gestos como éste es la potencia de lo que nace cuando se vive una amistad. Es algo que surge de manera muy sencilla entre un par de personas, pero como una gota, tiene la potencia de convertirse en una corriente que va desde el Adriático hasta el Caribe. 

De hecho, ese fue el tema del Meeting de este año 2023: “La existencia humana es una amistad inagotable”. Y en el fondo es lo que todos buscamos: poder vivir una amistad que no sólo se manifieste en los momentos difíciles, sino que nos acompañe el resto de la vida. Nadie puede entender completamente sus necesidades y menos satisfacerlas; siempre necesitamos a alguien que nos acompañe, que camine con nosotros hacia nuestro destino. 

Profundizando sobre este tema, don Luigi Giussani escribe en su libro El sentido religioso: “Si contemplamos a un hombre, una mujer, un amigo o un caminante sin que resuene en nosotros el eco de la pregunta, de la sed de destino que lo constituye, nuestra relación no será́ una relación humana, y menos aún podrá́ tratarse de una relación amorosa a cualquier nivel que sea: no respetará la dignidad del otro, no será́ adecuada a la dimensión humana del otro. El interrogante estructural no ha sido engendrado por un querer mío; me ha sido dado. Por eso, antes que la soledad está la compañía que abraza mi soledad, de manera que ésta ya no es una verdadera soledad, sino un grito que recuerda la compañía escondida”.

En mi experiencia, puedo decir que el inicio de la respuesta a todos los problemas de la vida implica vivir una amistad, y como éstos son cada vez más complejos y no parecen tener fin, necesito esa “amistad inagotable” de la cual habla el título del Meeting. Pero para que sea así, es fundamental que su origen no sea solamente la bondad, solidaridad y buenas intenciones humanas; necesito el regalo de una amistad infinita hecha carne, que sólo la puede dar el director de esta sinfonía.